Un condenado por maltrato hace huelga de hambre para pedir el tercer grado penitenciario
Oviedo, F. VALLINA
«A mi marido le quedan dos días de vida». Así de rotundo es el balance de situación que hace la mujer de un interno de Villabona que lleva 35 días en huelga de hambre para exigir que se le conceda el tercer grado penitenciario. Alejandro Gómez Torre ingresó en prisión el pasado 29 de abril por un delito de violencia de género cometido contra su ex pareja en el año 2007. Le condenaron a tres años y nueve meses de cárcel, pero él considera que reúne todos los requisitos legales para que se le concedan los privilegios que reclama. «El domingo sufrió una angina de pecho a las cuatro de la madrugada y no le atendieron hasta las doce del mediodía del lunes. Una vez en el hospital le hicieron todas las pruebas necesarias, pero a nosotros no nos dejaron estar con él ni nos dieron información sobre los resultados, ni en el hospital ni en Villabona», señaló Ana Isabel Arenas, la esposa del preso.
La presidenta de Avilegen (Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género), Inma Ocaña, y el presidente de la Asociación de Afectados contra la ley Integral de Violencia de Género, Rafael Rodrigo Navarro, se han unido a la familia y harán entrega hoy de un escrito en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo en el que solicitan el tercer grado para el recluso.
La versión de la dirección de Villabona es totalmente opuesta. Desde la cárcel aseguran que Alejandro Gómez no cumple «ni los requisitos mínimos» para contar con privilegios. No en vano, entró en prisión el pasado mes de abril y «al menos, como todos los presos, tiene que tener cumplida una cuarta parte de la condena, que por otra parte es muy grave». En cuanto a la salud del interno, la dirección de Villabona asegura que no hay que temer por su vida: «En casos como éste seguimos el protocolo a rajatabla, se hacen controles del preso y si es necesario se solicita a la juez permiso para una alimentación forzosa».
«A mi marido le quedan dos días de vida». Así de rotundo es el balance de situación que hace la mujer de un interno de Villabona que lleva 35 días en huelga de hambre para exigir que se le conceda el tercer grado penitenciario. Alejandro Gómez Torre ingresó en prisión el pasado 29 de abril por un delito de violencia de género cometido contra su ex pareja en el año 2007. Le condenaron a tres años y nueve meses de cárcel, pero él considera que reúne todos los requisitos legales para que se le concedan los privilegios que reclama. «El domingo sufrió una angina de pecho a las cuatro de la madrugada y no le atendieron hasta las doce del mediodía del lunes. Una vez en el hospital le hicieron todas las pruebas necesarias, pero a nosotros no nos dejaron estar con él ni nos dieron información sobre los resultados, ni en el hospital ni en Villabona», señaló Ana Isabel Arenas, la esposa del preso.
La presidenta de Avilegen (Asociación de Víctimas de la Ley de Violencia de Género), Inma Ocaña, y el presidente de la Asociación de Afectados contra la ley Integral de Violencia de Género, Rafael Rodrigo Navarro, se han unido a la familia y harán entrega hoy de un escrito en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Oviedo en el que solicitan el tercer grado para el recluso.
La versión de la dirección de Villabona es totalmente opuesta. Desde la cárcel aseguran que Alejandro Gómez no cumple «ni los requisitos mínimos» para contar con privilegios. No en vano, entró en prisión el pasado mes de abril y «al menos, como todos los presos, tiene que tener cumplida una cuarta parte de la condena, que por otra parte es muy grave». En cuanto a la salud del interno, la dirección de Villabona asegura que no hay que temer por su vida: «En casos como éste seguimos el protocolo a rajatabla, se hacen controles del preso y si es necesario se solicita a la juez permiso para una alimentación forzosa».
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